domingo, 4 de enero de 2015

2015

Para el 2015 tengo muchos propósitos que cumplir, tantos que asustan, pero el mayor y más importante de todos ellos será el siguiente:

En el día a día, entre propósito y propósito, no olvidarme de disfrutar de la música, pasar más tiempo al aire libre, saber ver los pequeños detalles de las cosas y mantener la curiosidad hacia lo que me rodea. En definitiva, no dejar que el estrés que se avecina me nuble la percepción de lo que a diario me rodea. Porque al final del año podré tener un título académico más o menos, pero volverá a ocurrirme lo que me ha ocurrido al final del 2014: al hacer balance recordaré una suma de sensaciones. "¿Cómo me he sentido este año?" Y la costumbre de ponerse propósitos viene de las ganas de sentir la gran felicidad que nos trae un objetivo cumplido. Pero también existen pequeños placeres que suman mucha felicidad y por eso yo, en el 2015, quiero recordar que existe la música, el baile, el paisaje y que están al alcance de mi mano, para darme en un minuto las energías necesarias para continuar la persecución de mis objetivos. 

Pues eso, que el 2015 se presenta cargadito de retos y sus primeros cuatro días me los he tomado de descanso para tomar carrerilla, respirar hondo y a partir de mañana, alzar el vuelo.

¡2015, allá vamos!


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