sábado, 8 de febrero de 2014

El placer de leer

¿Alguna vez has sentido que, a dos páginas de acabar un libro, necesitas parar, saborear el momento? ¿Te has debatido entre las ganas de conocer el desenlace y las pocas ganas de llegar al final?

Entonces supongo que, como yo, consideras leer como un gran placer, insustituible, diferente. La emoción al leer la primera frase, la curiosidad por la historia que te contarán, por situarte: época, clase social, momento histórico, carácter del personaje...Todo es posible, todo puede pasar, y durante unos días lo que le ocurra a los personajes de tu libro formará parte de tu vida. Tu empatía crecerá y, si la historia te ha enganchado, te será difícil dejar marchar a los personajes.

He estado en tantos sitios diferentes y he conocido tantas costumbres gracias a los libros...Incluso he aprendido a interpretar comportamientos, a detectar diferentes personalidades. Y sí, bueno, son sólo historias ficticias, o historias reales rodeadas de situaciones ficticias, pero no puedo olvidar que la mayoría de las veces la realidad supera con creces la ficción.


Esta reflexión la escribí en un tren, con lágrimas en los ojos, tras despedirme de mis últimos personajes, compañeros durante unas semanas, los personajes de la novela Mil soles espléndidos, de Khaled Hosseini. Es el último de dos libros que me han enganchado sobremanera y que, si bien son muy distintos, existe un fuerte punto de conexión... 

- Mil soles espléndidos                                                            
    Khaled Hosseini  
- Mi hermana vive sobre la repisa de la chimenea
   Annabel Pitcher   

Creo que he aprendido bastante leyendo ambos libros, de una cultura muy distinta a la nuestra, pero también de la nuestra propia. Y al final, va a resultar que las formas son distintas, pero los sentimientos son universales...