sábado, 8 de agosto de 2009

Simplemente Vacaciones

Hace más de un mes terminé la parte teórica del máster, hace más de un mes dejé definitivamente el ático madrileño en el que me he sentido tan absolutamente bien durante nueve meses. Volví a Córdoba, con tres meses de auténticas vacaciones por delante y sin muchos planes hechos.


A partir de ahí, el verano me lo inventaba yo. Primero tuve que asimilar toda la información que he absorbido durante mi año madrileño, tuve que aceptar que ese fantástico curso realmente acabó: no volveré a Madrid en septiembre, no se repetirá un día de presentación del Máster en Restauración de Ecosistemas donde nos pongan ricos aperitivos y las miradas de todo el mundo estén llenas de ilusión y buenas intenciones. Todo este curso fue maravilloso...pero irrepetible. Menos mal que las personas que nos hemos conocido seguiremos en contacto, aunque cada uno sigua su camino, ¡de eso estoy segura!qué suerte he tenido este año...

Una vez aceptada esa parte, mi mente se desaceleró (de ahí el parón experimentado en este blog). De vivir una experiencia tras otra, de tener actividades planeadas para cada hora del día, pasé a un estado de relax e inactividad que no había experimentado en mucho tiempo. Entonces me sumergí en un verano de auténtica vagueza, acompañada principalmente por Lisbeth Salander, Vetusta Morla, las cervecitas en la piscina, los botijos de mi casa y los atardeceres del Muriano (acompaño la entrada con dos fotos que ilustran muy bien a que se han reducido básicamente mis días veraniegos):

























Pero llega un punto en el que mi cabecita se siente renovada y siente la necesidad creciente de volver a pensar, de estar ocupada. Ahí es donde entra en acción el apartado "Nuevos retos". Es hora de mirar para delante, y lo que tengo delante es una nueva y gran experiencia: una estancia de 5 meses (quién sabe si no se alargará) en Cranfield (Inglaterra). Todo ha sido tan rápido, las decisiones tomadas en los últimos meses han sido tan precipitadas y llenas de contradicciones, que aún no había asimilado mi nueva meta. Claramente, necesitaba tener la mente en blanco un tiempo, para ahora retomar lo que me viene con ilusión. Ahora empiezo a entender que entro en otra etapa que me plantea nuevos retos. El primero: retomar y mejorar el inglés (al que me he enfrentado apuntándome a un cursillo intensivo). El siguiente: buscar alojamiento. Mientras tanto, disfruto de esta agradable sensación que provoca la incertidumbre de qué pasará, a quién conocerás, cómo será la vida en otro país, qué lugares me sorprenderán, qué aprenderé...No sé si algún día me cansaré de esta emoción que se siente al cambiar de aires, pero por ahora estas ganas de conocer más y más son las que me impulsan en mis decisiones.
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Tras esta entrada tan personal y reflexiva, quería destacar lo mejor y lo peor de este prototipo de verano vago:

Lo mejor:

- He disfrutado mucho más de mi familia

- A veces, no hacer nada no es tan malo, al revés, puede servir de terapia

- Las cosas se saborean más así, despacito y sin prisas


Lo peor:

- ¡¡Necesito una buena juerga!!

3 comentarios:

Luis Hens dijo...

me encanta! y lo mejor es que en ese nuevo reto entro yo tambien! La verdad es que te debes sentir rara despues de tantos años sin tener mas de dos semanas de verdaderas vacaciones sin nada que hacer ni nada que pensar:-)
Pronto hay que pegarse esa buena juerga!
1besazo guapa!!!

Anónimo dijo...

dios...donde as aprendio tu a escribir?:S que yo fui a tu mismo colegio e instituto :S
pues marta,aora nos queda una semana en la playa de relax tambien.y de salir a correr todos los dias para ponernos fuertecitos eh?jeje.
y como siempre sigo tus pasos..y aora yo tb estoy con Lisbeth salander y vetusta morla :)
que grande eres ermanita!

MONTSE dijo...

ESTOY DE ACUERDO CON TU HERMANO,¡QUE GRANDE ERES SOBRINITA¡