jueves, 12 de febrero de 2009

Sé una abeja

El amor pasa por las siguientes fases: admiración, anhelo y obediencia. Así ve el amor nuestro amigo marroquí vendedor de pañuelos made in China (pero eso es otra historia divertida para contar aparte) en un puestecillo del Zoco de Marrakech. Ésta fue una de las peculiares doctrinas que nos transmitió sentado desde su butaquita, mientras le ayudábamos a cortar pañuelos tuareg.

Este amigo nuestro nos acomodó a ocho mujeres en su pequeño espacio de trabajo y nos habló de la vida, respondió a nuestras impertinentes preguntas acerca de las costumbres de los marroquíes y nos dió interesantes consejos para sobrevivir en Marruecos. Es una persona alegre, sencilla y profunda, que nos mantuvo hora y media en un oasis en mitad del tumulto tan estresante de la medina de Marrakech. Posee un rico repertorio de palabras castellanas, todas, según él, aprendidas en su tiendecita. Es inocente y se sonrojaba cuando nos contaba que se lleva a su amiga de vacaciones a la playa, pero también es sabio y nos deleitó con interesantes enseñanzas.

No se escandalizaba cuando le explicábamos que no entendemos que las mujeres deban ir tapadas, o que por su religión no puedan beber ni comer cerdo. Respetaba nuestra postura y nos explicaba que él seguía su religión de forma fiel...y que prefiere a las marroquíes que van tapadas más que a las modernas que van con jeans. Y, ¿por qué existe el ramadán?Nuestro amigo nos explicó que es una manera de que todas las personas puedan experimentar la sensación de pasar hambre, tanto las ricas como las menos ricas, para así poder ponerse en el lugar del más pobre e intentar ayudarlo, habiendo sentido la verdadera necesidad de comer.

Nuestro amigo del Zoco es una persona optimista donde las haya. Por eso, para terminar os dejo un dicho muy sencillo e interesante (tal y como él es) que nos enseñó como la máxima que debemos seguir. Ahí va:

Hay que ver la vida como una abeja y no como una mosca. En un mismo jardín, la abeja irá a las flores para chupar su néctar, mientras que la mosca irá a la suciedad que haya.

Y es así, en la vida hay flores y suciedad, sólo depende de ti y de tus decisiones hacia donde te dirijas.

Por haber encontrado a un hombrecillo en Marrekech que no sólo pensaba en timarnos , sino que además nos trató tan bien, le decico esta entrada.




3 comentarios:

Marie... dijo...

Qué interesante personajillo y golpe de moral para empezar el día. Gracias :)

Javier Cepedano dijo...

¿Te gustó Marrakech, pues? Me alegro mucho, ya te conté que disfrutarías fijo.

La entrada me gusta mucho también ¡Un beso!

PD: un cosa no me quedó clara, las abejas pican ¿No?

Luis Hens dijo...

Tenemos que vernos ya!y que me cuentes más historias como esta que seguro que las tienes!muy buena la entrada.A ver si ahora sin exámenes escribes más cosas;-).
1 beso wapetona