jueves, 19 de febrero de 2009

Ya sólo habla de amor

"Sebastián creía que construía cuando en realidad era construido por las circunstancias, y creía que soñaba lo que en realidad ya vivía. Y empujando poco a poco esa frontera se encontró finalmente en un no lugar, sin poder dejar ya sus propias huellas sobre el suelo que pisaba. Y no es que no fuera capaz de ser feliz, claro que lo era, pero su felicidad se construía con los recuerdos de lo sucedido o imaginando aquello que iba a suceder, y nunca con aquello que precisamente estaba sucediendo. Y su tristeza guardaba con los acontecimientos idéntica distancia. Se diría que Sebastián no tenía manos. Que no era capaz de agarrar lo que tenía delante sino después de haberlo perdido, o antes siquiera de acercarse a las cosas que de verdad le importaban. Era, en suma, un muerto ejemplar y un enterrador perfecto. Nada en él sin embargo hacía sospechar tal cosa, pues tenía cierto dominio de sí mismo y su mirada soñadora prometía cosas, y su dulce ademán se hacía querer..."

Me ha costado seleccionar un fragmento de este libro, Ya sólo habla de amor, del que me gusta todo, empezando por el título. Más verso en prosa que narrativa corriente y moliente. Cada párrafo parece una inyección de sentimientos en vena. Con frases cortas, pero rotundas, Ray Loriga nos describe a un personaje triste al que no puedes dejar de cogerle cariño. Es triste pero a su vez es feliz en su tristeza. A través de metáforas muy bonitas o mediante descripciones directas vamos enganchándonos a una historia que apenas tiene historia, sobre todo, son sentimientos, estados de ánimo, situaciones, formas de vivir.

Acabo de descubrir a un autor que, desde mi punto de vista, escribe cosas distintas. A quién no hayáis leído el libro, os lo recomiendo.

jueves, 12 de febrero de 2009

Sé una abeja

El amor pasa por las siguientes fases: admiración, anhelo y obediencia. Así ve el amor nuestro amigo marroquí vendedor de pañuelos made in China (pero eso es otra historia divertida para contar aparte) en un puestecillo del Zoco de Marrakech. Ésta fue una de las peculiares doctrinas que nos transmitió sentado desde su butaquita, mientras le ayudábamos a cortar pañuelos tuareg.

Este amigo nuestro nos acomodó a ocho mujeres en su pequeño espacio de trabajo y nos habló de la vida, respondió a nuestras impertinentes preguntas acerca de las costumbres de los marroquíes y nos dió interesantes consejos para sobrevivir en Marruecos. Es una persona alegre, sencilla y profunda, que nos mantuvo hora y media en un oasis en mitad del tumulto tan estresante de la medina de Marrakech. Posee un rico repertorio de palabras castellanas, todas, según él, aprendidas en su tiendecita. Es inocente y se sonrojaba cuando nos contaba que se lleva a su amiga de vacaciones a la playa, pero también es sabio y nos deleitó con interesantes enseñanzas.

No se escandalizaba cuando le explicábamos que no entendemos que las mujeres deban ir tapadas, o que por su religión no puedan beber ni comer cerdo. Respetaba nuestra postura y nos explicaba que él seguía su religión de forma fiel...y que prefiere a las marroquíes que van tapadas más que a las modernas que van con jeans. Y, ¿por qué existe el ramadán?Nuestro amigo nos explicó que es una manera de que todas las personas puedan experimentar la sensación de pasar hambre, tanto las ricas como las menos ricas, para así poder ponerse en el lugar del más pobre e intentar ayudarlo, habiendo sentido la verdadera necesidad de comer.

Nuestro amigo del Zoco es una persona optimista donde las haya. Por eso, para terminar os dejo un dicho muy sencillo e interesante (tal y como él es) que nos enseñó como la máxima que debemos seguir. Ahí va:

Hay que ver la vida como una abeja y no como una mosca. En un mismo jardín, la abeja irá a las flores para chupar su néctar, mientras que la mosca irá a la suciedad que haya.

Y es así, en la vida hay flores y suciedad, sólo depende de ti y de tus decisiones hacia donde te dirijas.

Por haber encontrado a un hombrecillo en Marrekech que no sólo pensaba en timarnos , sino que además nos trató tan bien, le decico esta entrada.